El viceprimer ministro británico, Dominic Raab, renunció el viernes al gobierno después de que un informe independiente descubriera que había intimidado a funcionarios, el último escándalo que obligó a destituir a uno de los principales ministros del primer ministro Rishi Sunak.
La pérdida de un tercer ministro principal por su conducta personal en seis meses dañará el intento de Sunak de revivir la fortuna de su Partido Conservador antes de las elecciones locales de mayo, y es una vergüenza ya que Sunak prometió un gobierno de integridad cuando ingresó a Downing Street en octubre.
Raab emitió una airada carta de renuncia argumentando que los hallazgos del informe, que decía que había actuado de una manera que era «intimidante» y «persistentemente agresiva» mientras era ministro de Relaciones Exteriores, eran defectuosos. Pero cumplió con su promesa de renunciar si se confirmaban las acusaciones de intimidación.
Raab no tenía poderes formales como adjunto de Sunak, pero reemplazaba al primer ministro si estaba fuera del parlamento o incapacitado. Fue un aliado político cercano de Sunak y ayudó a lanzar su campaña para ser primer ministro el verano pasado.
Los hallazgos de intimidación socavan los intentos de Sunak de presentar su gobierno como una ruptura total con el mandato de Boris Johnson plagado de escándalos y con las caóticas políticas económicas que acabaron con Liz Truss en menos de dos meses. Sunak dijo que aceptó la renuncia de Raab con gran tristeza y reconoció su preocupación sobre cómo se manejaron las acusaciones iniciales sobre su comportamiento.
La investigación de cinco meses realizada por el abogado Adam Tolley sobre el comportamiento de Raab escuchó evidencia de funcionarios gubernamentales sobre denuncias de intimidación en tres departamentos diferentes. Fue más allá de lo apropiado con sus comentarios críticos e insultó el trabajo realizado por los funcionarios del Ministerio de Justicia, según el informe, y agregó que había sido abrasivo pero no deliberadamente abusivo.
El informe también encontró que, si bien no había maldecido ni gritado a sus colegas, había criticado duramente el trabajo de los funcionarios públicos y describió el trabajo de algunos funcionarios como «completamente inútil» y «lamentable».
Raab, de 49 años, es parte de una generación de políticos que llegaron al poder después de la votación del Brexit en 2016. Fue degradado como ministro de Relaciones Exteriores británico en 2021 después de irse de vacaciones a Creta mientras los talibanes avanzaban hacia Kabul. Raab solicitó la investigación en noviembre tras las denuncias formales sobre su comportamiento.
Se disculpó por causar estrés u ofensa no intencional, pero dijo que el informe «estableció un precedente peligroso» para un gobierno efectivo con un umbral bajo para lo que constituye intimidación. Esto «tendrá un efecto escalofriante en quienes impulsan el cambio en nombre de su gobierno y, en última instancia, en el pueblo británico», dijo en su carta.
Oliver Dowden, el ministro de la oficina del gabinete y un aliado clave de Sunak, fue nombrado nuevo viceprimer ministro, mientras que el ex abogado Alex Chalk fue nombrado nuevo ministro de Justicia. Algunos legisladores conservadores dijeron que Raab no merecía perder su trabajo. Keir Starmer, líder del principal opositor Partido Laborista, acusó a Sunak de «debilidad» por dejar que Raab renunciara en lugar de despedirlo.
Otro de los ministros principales de Sunak, Gavin Williamson, renunció en noviembre después de acusaciones de intimidación y el primer ministro despidió al presidente del Partido Conservador, Nadhim Zahawi, en enero después de que se descubriera que había violado el código ministerial por su franqueza sobre sus asuntos fiscales.
Sunak se enfrenta a su propia investigación por parte del organismo de control de normas del parlamento sobre si declaró correctamente la participación accionaria de su esposa en una empresa de cuidado infantil que se beneficiará de la nueva política del gobierno.
